miércoles, 27 de noviembre de 2019

La poesía tiene efectos secundarios

¿De qué te alimentas? ¿tu dieta es equilibrada? ¿seguro que es variada? ¿sabes lo que es una dieta sana?
Hoy en día tenemos que educar no solo en contenidos académicos, también es necesario hacerlo en hábitos saludables y entre estos la alimentación es una cuestión prioritaria. 

Una alimentación sana es la que aporta nutrientes  también al intelecto. Ya lo decía Juvenal, mens sana in corpore sano, y desde biblioteca queremos fomentar que se pueda consumir a diario un buen plato de literatura. 

Nuestro cerebro se alimenta de todo lo que ve, lee y siente: pero no va a ser todo televisión, tableta, consola o netflix... Nuestra entrada te lo va a recordar a diario para que no olvides ese alimento imprescindible para desarrollar el intelecto: la imaginación. ¿Y qué mejor para desarrollar la imaginación que la literatura? Empecemos por pequeñas dosis: la poesía, de distinto tipo, variada.

En nuestra biblioteca tenemos poesía en formato habitual: romances, sonetos, canciones... pero también puedes encontrar piezas variadas: haikus, poemas en prosa, caligramas... 

Déjate cuidar y descubre la variedad poética de la biblioteca. Es una cuestión de salud que además provoca placer estético y es que la poesía despierta un efecto secundario de lo más agradable: disfrutar de lo que sugieren las palabras y dibujan en nuestra imaginación.

Nuestra entrada dispuesta a dar una ración de poesía diaria



Nuestro alumnado tomando buena nota


Es bueno parar de vez en cuando nuestro ritmo ajetreado
y mejor si es parar para leer.


Poesía para pensar, poesía para hablar.


Sagas: otro tipo de literatura también es posible.

lunes, 11 de noviembre de 2019

Nuestra biblioteca huele a membrillo



Nuestro grupo de profesoras encargadas de ambientar la biblioteca han dejado atrás el negro y festivo mundo de Halloween para abrir las puertas y ventanas al aire frío del otoño. Han seleccionado frutos silvestres, flores secas y hojas de la gama otoñal, plantas y frutos de la huerta para cubrir el centro de nuestra biblioteca y el expositor de la entrada. No solo los olores y los colores nos envuelven al entrar, también podemos leer poemas escogidos para estas fechas, colgados de hilos, unidos a pequeñas hojas que embellecen la letra escrita.
Hoy la lectura y la clase en biblioteca se disfrutan más: el alumnado se sorprende y nosotras, las profesoras y profesores que damos clase y leemos aquí, sonreímos: nuestra biblioteca hoy huele a membrillo.
El otoño viene frío, pasa a la biblioteca y arrópate de libros. 
En esta biblioteca se está a gusto cuando hace frío y el viento empieza a soplar. En esta biblioteca, con olor a membrillo, quiero estar.